jueves, 29 de agosto de 2013

NADIE....

Nadie reemplazará lo que tanto se amo. Pero tampoco se puede vivir esperando similitudes, que concluyan esas historia, que no pudimos escribir. Si residiendo en el después, comparamos lo querido, con la posibilidad de un nuevo querer, caeremos en el error, de evocar a los ausentes que ya no se nombran. En cambio, si repartiéramos las cargas del recuerdo, y aliviáramos las pretensiones, quizá nos sería más fácil pedirnos sin exigir. Porque las próximas estaciones arribaran sin permiso, y sería un despropósito seguir buscando lo que podríamos tener. No hay amores iguales, ni sentires que se le aparezcan, sino un deseo profundo por desterrar impares soledades. Seamos el abrazo menos esperado, pero el más querido.

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