lunes, 10 de marzo de 2014

11-M, 10 AÑOS

Cada año desde que sucedió, suelo escribir un post o hacer un comentario, dedicado o en recuerdo...

Es difícil no recordarlo, pues ese día marco un antes y un después en casi todos o todos los españoles.

Recuerdo que cuando esto sucedió, yo estaba en casa, desayunando, y como todas las mañanas me tomaba mi café viendo las noticias de la mañana, y cuando empezaron ha hablar de lo ocurrido, llame a mis padres, que como locos empezaron a llamar a los familiares que tenemos por Madrid, sobre todo a mi tía Rosi y a mi prima Mari, que por aquellos entonces sus hijas cogían uno de esos trenes. La suerte quiso que una se pusiera mala ese día y la otra se durmiera.

Desde ese día, deje de ver las noticias de la mañana.

Y si a mi, se me hace duro perder a gente de mi familia, por enfermedad u otros motivos, no me quiero imaginar como debe ser perder a alguien de tu familia, porque a uno le de la gana de hacer una masacre, por fanatismos o ideologías o por lo que sea.

Diez años y sigo sin entenderlo, igual que otras muchas cosas.

En fin, el domingo, en las noticias de A3, entrevistaron a una madre, de una de las víctimas y se me llenaron los ojos de lágrimas, por dos cosas:
1.- La decían que algún día tendría que olvidar, y la mujer decía que no podía. Yo estoy de acuerdo, porque como dicen, el tiempo todo lo cura, pero no se olvida.
2.- Esa mujer, desde hace 10 años escribe cartas a su hijo, diciéndole que lo quiere mucho, y contándole lo que va pasando en su familia.
Como ella, estarán las otras familias.

Y tengo que reconocer, que desde ese día... no se si es racismo o miedo, pero a los musulmanes los miro, de forma diferente, también hay que reconocer que no todos serán iguales, pero unos lo hacen y los otros pagan, justos por pecadores.

Mañana, será un día un poco triste para esas familias, así que fuerza.

Y como hace 10 años, lo último que pongo es la canción - JUEVES- de la Oreja de Van Gogh. Así que otro año más me despido con ella.


miércoles, 5 de marzo de 2014

JUGANDO CON EL TIEMPO


Hay ayeres que no pasarán porque son cálidos,
candentes, como una puesta de sol, como un beso quinceañero dado a pesar de los que se obstinan, en obligarnos a guardarlo.

No pasarán los instantes de amor, los intensos, los que se gozan hasta el fondo del placer.
No pasarán las eternidades  que se vivan, hasta la profundidad del cambio.

Vive hoy antes de que te quiten tu capacidad de disentir y de jugar con los instantes y lo eterno.
Vive hoy antes de que te enseñen a medir los miedos y empiecen a espantarte las distancias.

Hoy que todavía sabes dar y recibir vive,
vive, y si los muertos tratan de postergaste tu alegría, 
Ocúltate al malestar de su falsa madurez, que tratará de usurparte tu frescura.

Si gozas, goza hasta sus últimas consecuencias,
si sufres, sufre hasta la última gota de tu melancolía,
si luchas, lucha hasta el último suspiro de tu sensibilidad.

Así cuando llegue a tu mañana,
cuando tus presentes se conviertan en pasados,
y si has vivido no creyendo demasiado en el futuro,
te darás cuenta de que existes, de que eres humano.

(Enrique Cisneros L.)