Quien no confía, no se comunica, no abre su corazón, no es capaz se crear relaciones estables y profundas ni establecer amistades verdaderas.
Sin confianza, no hay manera de relacionarse con lo que el mundo nos tiene preparado.
La desconfianza es falta de fe en sí mismo y en los demás.
No vivas siempre triste. El buen humor, la risa, el reposo y la alegría, recuperan la salud y traen larga vida. La persona alegre tiene el don de alegrar el ambiente donde vive.
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