Cuando hay emociones y sentimientos escondidos o reprimidos, terminan en enfermedades como: gastritis, úlcera, dolores lumbares, dolor en la columna...
Con el tiempo, la represión de los sentimientos degenera a todo su interior y exterior.
Comencemos a sincerarnos, confidenciar y compartir nuestra intimidad, nuestros "secretos", nuestros errores y angustias con aquellas personas dignas de nuestra confianza.
El diálogo, el hablar, la palabra, es un poderoso remedio y una excelente terapia.
ATRÉVETE!!!
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