Ocupar tu tiempo o pensamiento en críticas destructivas y envidia solo hará que se envenene poca a poco todo tu ser. Aprendamos a no ser espectadores de las crisis sino protagonistas del cambio.
Sé integro, demuestra que tus principios son sólidos y disfruta de tu paz interior, aún más importante, compártela.
Da la vida por sus sueños y convéncete de que la confianza y el compromiso personal obran milagros.
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