sábado, 16 de febrero de 2013

CARTA PARA MIGUEL

La verdad es que no se como empezar, pero desde que te fuiste quería escribir algo para ti, creo que no lo he hecho antes, porque aún duele.
Hace 19 minutos se acabo el día de los niños con cáncer, y hará como 5 minutos que he dejado de ver cuéntame, y me he acordado muchísimo de ti.
De los niños, porque tú empezaste con esa enfermedad cuando tan solo eras un niño, de cuéntame, porque Mercedes, tenía una amiga con cáncer que al igual que tú murió,  sé que es una serie, pero a veces las series nos muestran la realidad, aunque lo magnifiquen todo.
Hace mes y medio que te fuiste, pero es como sí nunca te hubieras ido, aunque parezca que no me acuerde de ti, que evite hablar de ti, estas siempre en mi patata.
Últimamente no nos veíamos mucho, por las circunstancias, tú y yo ya sabemos cuales, pero eras mi primo, Miguelito.
Cuando fui a verte, cuando ya estabas mal, todo el mundo me decía que no entrara a verte porque me quedaría con esa imagen, pero no es cierto... no tengo en mi mente esa imagen.
Si que tengo la imagen de nuestra guerra de cucharas, que me diste en la frente y aún tengo la marca.
Tengo la imagen del año que nos fuimos las dos familias a La Mata de vacaciones, cuando nos dieron de comer cocido y nos quedamos los dos mirándonos  y dijimos a nuestras madres que eso no había quien se lo comiera, no porque hiciera calor, sino porque echaron agua del grifo y venia salada.
Me quedo con nuestros partidos de fútbol, a los que solo jugábamos tú y yo.
Me quedo con nuestras tardes en la piscina de casa de tu abuela, con las semanas que pasaba en Coslada, me quedo con, cuando me tuve que hacer pasar por tú novia para que te dejaran pasar a la discoteca, me quedo con la imagen de cuando fuiste padrino de Amelia, tu sobrina...
Pero si me quedo con algo, y no es una imagen, me quedo con tus ganas de vivir, con tu forma de decirnos que estabas bien, aunque por dentro murieras de dolor, me quedo con tu entereza hasta el último momento, y me quedo contigo, con tu risa.
Y me quedo con lo que nos enseñaste, que era tu lucha diaria por salir adelante, aunque el destino te jugara la mala pasada de irte y.
El día 23 de diciembre te fuiste, pero no te has ido de la cabeza y de la patata de quien nos hemos quedado, porque eras grande, tanto por fuera como por dentro.
Si estuvieras me dirías que soy una ñoña, pero dolió y mucho, creo que es una de las cosas que mas me han dolido o afectado en esta vida.
Y si me he decidido hoy a escribir esto, es porque hoy era el día, porque tenia que sacarlo todo.
En fin, que tu cuerpo se fue, pero que siempre estarás entre nosotros.
Y aunque no te lo dijera mucho, te quiero.

EN ESTA VIDA HAY QUE LUCHAR, ÉL, MI PRIMO, MIGUEL, LUCHO HASTA EL ÚLTIMO DÍA POR VIVIR.


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